El punto de partida del film, que es tomar los casos reales de los Premios Darwin y desarrollar un guión a su alrededor, podría haber dado pie a casi cualquier cosa. De todas las opciones posibles, la que ha tomado su director y guionista, Finn Taylor, me parece acertadísima, pues rodea las meras anécdotas de una historia muy completa por sí misma y se aproxima a las víctimas de estos accidentes de manera muy humana y hasta comprensiva. Parece increíble, pero el acercamiento que hace el investigador y que los espectadores realizamos con él, nos lleva casi a entender a estas personas que, de leer su suceso en un periódico, sólo nos provocarían desprecio.
En el retrato de personajes es donde se encuentra la clave de esta humanidad y esta comprensión. En los papeles de Fiennes y Ryder, el film nos presenta dos seres muy diferentes, incluso opuestos en muchas cosas, pero que descubren que tienen gran cantidad de elementos en común. Ambos personajes presentan una rica construcción y sufren una evolución gracias a lo que ocurre en la película.
El elenco de ‘Darwin Awards: Muertes de risa’ es otro de sus alicientes: una enorme colección de actores de culto o independientes, se reparten papeles pequeños y no precisamente agradecidos. Sólo en el hecho de verlos en pantalla ya se puede adivinar el humor con el que probablemente se tomarían su participación en este film tan peculiar. Juliette Lewis, Julianna Margulies, Tom Hollander (ambos en la foto) David Arquette, Judah Friedlander, Lukas Haas, Robin Tunney, Ty Burrell y Chris Penn (fallecido en la vida real) son algunos de ellos. Haciendo de sí mismos, aparecen también los componentes de Metallica.
La película está realizada de forma curiosa, ya que parte de la idea de que un joven estudiante de cine sigue al protagonista en sus investigaciones para rodar un documental que le sirva como tesis de fin de carrera. Este papel lo interpreta Wilmer Valderrama, el carismático Fez de ‘Aquellos maravillosos años ‘70’. La mayor parte del tiempo vemos la grabación de este aficionado, por lo tanto, el estilo es naturalista y de cámara en mano. Sin embargo, esta elección formal no se antepone a lo que se cuenta en la película y no llega a resultar molesta, pues no está llevada al extremo. En otras ocasiones, presenciamos escenas que no están grabadas por la cámara de Valderrama e incluso flashbacks, sobre todo para el caso de los accidentes de las víctimas Darwin.
Por lo tanto, el film es muy divertido, original e incluso entrañable, y me atrevería a aventurar que la mejor opción de las que nos propone este viernes la cartelera.