La superstición y los hechos históricos se mezclan en esta película que hace referencia a la historia real del caso Romasanta, en el que el asesino, que extraía la grasa a sus víctimas para hacer jabón, confesó ser un hombre lobo.
Con escasez de efectos especiales y buena interpretación por parte del reparto, resulta una película bastante digna.
La ambientación pudieron cuidarla un poco más.
De temática parecida y muy buena factura está El Bosque Del Lobo, de Pedro Olea.