La novela en la que está basada, el Satiricón de Petronio, se conserva incompleta, solo quedan fragmentos. Fellini se dedicó a adaptar esos fragmentos tal cual, sin rellenar los huecos entre ellos, haciendolo ademas de forma muy libre. El resultado es una película única. Su trama es discontínua, y a ratos incomprensible, pero resulta turbadoramente hermosa y fascinante. Con una estética tenebrosa y colorista a la vez, uniendo lo bello junto lo extraño y lo grotesco y una atmósfera onírica e inquietante, es todo un derroche de imaginación y fantasía, de lo mejor de su genial director.
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