Fue la primera película no documental rodada en formato IMAX 3D. Teniendo en cuenta que se estrenó en 1995, y comparándola con producciones modernas 3D, llegué a la conclusión de que el cine 3D no ha avanzado mucho durante la última década. Ésta película transmite una sensación de visión normal (en comparación a la imagen plana típica de las pantallas) sorprendentemente buena, sobre todo al estar enfocados siempre tanto el primer plano como el fondo.
En cuanto a la historia en sí, deja un poco que desear. Irónicamente, le falta algo de profundidad y de desarrollo de los personajes. Sin embargo, el ambiente de época está muy logrado. En conjunto, 40 minutos entretenidos para ver en 3D pero no en dos dimensiones.
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