Desde su enorme fortaleza despliegan sus ejércitos en la noche. Millones de bestias se alimentan de los cimientos de nuestra colonia, secuestran a nuestras larvas y las crían como esclavos. En la lucha no conocen la piedad, en el campo de batalla no conocen la derrota. Ahora, es el tiempo de que recuperemos lo que es nuestro…”
General Máximus, guerras del peloconqueso.
Echa un vistazo hacia abajo.
Bajo nuestros pies, a un metro de profundidad, cinco millones de habitantes mueven los hilos de la política, desafían la ingeniería con obras dignas de cualquier emperador clásico y desplazan sus ejércitos en pos de lo que les pertenece. A su alrededor, enormes monstruosidades con fauces terribles, mortíferos venenos y múltiples apéndices con pinzas, garras y tentáculos pegajosos… ¡y olvídate de los dragones!.
¿Nunca soñaste con ponerte en el pellejo de un invertebrado más pequeño que un céntimo de euro?. Seis patas, dos antenas y miles de hermanos que dan la cara por ti.
¡Coge tu lanza, ajústate el casco y lánzate a la muerte!