Esta serie reúne los dos ingredientes para el éxito; un guión interesante para atraer al público femenino y tías buenas para atraer al público masculino.
Bromas aparte, es una de las pocas series españolas que me han atraído y gustado en los últimos años. Las tramas son divertidas y a veces intrigantes, te preocupas por lo que les va a pasar a los personajes de un episodio a otro y los chistes no suelen ser tan bastos como en otras series (aquí estoy pensando en Aída).
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