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Alanis Morrisette, Andy Dick, Jason Priestly, Jeff Goldblum, Joel Madden, Ralph Macchio, Rossanna Arquette, Tom Sizemore o Traci Lords son algunas de las celebridades del cine, la música o los deportes que forman parte de la lista de pacientes de Elizabeth Goode, la psiquiatra de las estrellas, protagonista de De locos (Head Case), una de las series más absolutamente irreverentes y libres de la temporada en la que realidad y ficción se dan la mano gracias a unos guiones desternillantes y al talento interpretativo de la actriz Alexandra Wentworth, verdadera sacerdotisa de la función.



Los supuestos pacientes se sientan en el diván dispuestos no sólo a ser psicoanalizados, sino literalmente vapuleados por Elizabeth Goode, una terapeuta que no tiene pelos en la lengua y que no quiere ofrecer una cara amable, sino todo lo contrario. El personaje se jacta de tener un estilo único, y éste es mordaz, ingenioso y, a veces, incluso borde.



De esta confrontación surgen en cada episodio diálogos hilarantes y situaciones comprometidas, que los personajes-invitados resuelven con la mayor naturalidad. Parece que los famosos aceptan bien tener en frente a alguien dispuesto a darles caña y a decirles en su cara lo que normalmente no les gusta oír.



Pero la doctora Goode no está sola. Acompañan a Alexandra Wentworth en el reparto los actores Steve Landesberg, como Myron Finkelstein, un psiquiatra que comparte consulta con la protagonista, seguidor de Freud y profundamente deprimido por una ola de suicidios desatada entre sus pacientes, y la británica Michelle Arthur, en la piel de Lola Buckingham, la recepcionista del consultorio, conocida como la "mascota de las estrellas"



Los propios actores participan en la escritura de los guiones de la serie.