Como decía Sabina: 'no soy un fulano de lágrima fácil...' Pero si lo fuera, sólo si lo fuera, probablemente alguna lagrimita se me habría caído en Plague Tale. Y aunque no haya llorado mentiría si no confieso que en ciertos momentos he dejado el mando sobre la mesa y me he tenido que convencer de nuevo que lo que estaba viendo eran un montón de píxeles y que ninguna rata ha salido dañada durante el rodaje.
Y es que Plague Tale: Innocence va directo al corazón antes que a cualquier otro sentido. Tiene unos gráficos espectaculares, sobre todo teniendo en cuenta que partió siendo un juego más o menos independiente, una gran banda sonora, una jugabilidad más que aceptable y un sentido del ritmo envidable. Pero lo que destaca, de lejos, es el carisma de todos sus personajes. Y por encima de ellos el de Amicia y Hugo. ¡Vaya pareja! En mi ranking han destronado a Ellie y Joel de forma fulminante, y mira que le tengo alta estima a la creación de personajes de Naughty Dog, que saben mucho de ese tema.
Trailer del juego original
En fin... a lo que vamos. Tenemos un juego dividido en 13 actos de distinta longitud, no excesivamente largos (10 horas me chiva Howlongtobeat) en los cuales acompañamos a una pareja de hermanos a los que la Inquisición ha matado a toda su familia. Vamos a vagar por la Francia del siglo XIV en medio de una epidemia de peste y ratas asesinas, intentando encontrar una enfermedad que martiriza a Hugo, el pequeño de la pareja, enfrentándonos a un malvado Inquisidor y su secuaz que es imposible no comparar con Palpatine y Darth Vader. Por el camino encontraremos otros amigos y parias con los que huir y os aseguro que ninguno os dejará indiferente: en todos ellos se nota el buen hacer de los guionistas.
En cuanto a las mecánicas: durante casi todo el juego manejaremos a la hermana mayor, Amicia, cuya destreza con la honda será fundamental. Pronto aprenderemos a desarrollar distintos proyectiles para cada situación y en teoría contaremos con un arsenal variado de armas con las que resolver los niveles. Y recalco 'en teoría' porque ahí se queda la cosa. Se nota que la gente de Asobo tenía una gran ambición pero algo sucedió porque al final cada nivel se resuelve de forma casi lineal, usando habilidades muy concretas y casi sin elección. Y digo que algo debió suceder porque me extrañó encontrar componentes para mejorar la honda o crear determinados proyectiles incluso en las fases finales del juego, cuando ya no tenía sentido ni posibilidad su uso.
Esto en otro juego podría tirar abajo la experiencia pero Plague Tale te mantiene pegado a la pantalla capítulo tras capítulo no tanto por el misterio que rodea a la enfermedad de Hugo como porque es imposible no querer preguntarte que va a pasar con la pareja, como acabará todo, y si finalmente tendrán un momento de respiro entre tanta desgracia.
Como mucha otra gente opino que este juego fue el gran 'tapado' de su año de salida, que si no llegó a un público mayor fue porque no tuvo suficiente publicidad. Poco a poco, con el boca a boca y quizás gracias a haber aparecido en el Game Pass ha encontrado el lugar merecido. De hecho en el propio Game Pass estará su segunda parte (Plague Tale: Requiem) en la que quizás sí podamos ver brillar esas mecánicas que en la primera quedaron un poco deslucidas por la falta de libertad.
Trailer de la segunda parte, para 2022
Lo único que me da un poco de miedo del trailer de la segunda parte es que veo a Amicia demasiado armada, demasiado 'chica dura' y me temo que nos vayamos a encontrar a una especie de Lara Croft medieval. Espero que los guionistas de Asobo, que tan bien lo han hecho en 'Innocence', no cedan a la tentación del camino fácil en 'Requiem' y la pareja formada por Hugo y Amicia conserven esa química imbatible que tienen ahora mismo.
Cuando vi anunciado este juego, me pareció interesante su temática, y cuando tuve la oportunidad lo pillé (en este caso para videoconsola) y no me defraudó. Es verdad que la mecánica llega un punto que no da mas de si, pero lo interesante del juego radica en su historia, y en la pareja que son los protagonistas. Si a esto le añades una buena banda sonora, una historia sencilla pero bien llevada y buenos gráficos tienes un muy buen juego.
No sabía que habría segunda parte -aunque el final del primero es muy abierto como para que sea factible que la haya- así que estaré al tanto de la misma. Aunque me preocupa lo que comenta Chemo y que se convierta esta segunda parte mas en un "mata mata" que otra cosa.
Recuerdo perfectamente descubrir este juego y cómo me dejé atrapar por su historia y la loca huida de sus protagonistas ante sus incansables perseguidores; recuerdo también el impresionante y temible mar de ratas, con sus inquietantes chillidos y el suave tronar de esos millares de patas agitándose entre las sombras…
Opino, como Chemo, que hacia el final la fórmula mecánica no da más de sí. El último cuarto carece, casi, de novedades y todo se reduce a poner más y más enemigos; pero la historia de los hermanos es tan trepidante y está tan bien trazada que es difícil no dejarse atrapar con gusto en sus redes. Además, claro, del disfrute que supone el increíble trabajo visual de la gente de Asobo. A Plague Tale tiene una increíble puesta en escena, estupendos gráficos y animaciones, y el hecho de ser obra de un estudio independiente no lo hace palidecer, en absoluto, frente a los mayores y más ambiciosos AAA. Es una obra de primer nivel y Asobo la trata como tal.
Disfruté mucho del recorrido (a finales de febrero del 2020, muy poquito antes del confinamiento, je), y espero con muchas ganas la segunda parte. Qué agradable sorpresa fue. Gracias por recordármelo, Chemo.
Os dejo un artículo sobre cómo hicieron para animar esos enormes grupos de ratas. Si os interesa mínimamente el tema, creo que el artículo os gustará mucho.
Hay un detalle que no comenté: yo empecé a jugarlo también de aquella... y tuve que dejarlo. Hugo se parecía un montón a mi hijo en aquel momento: forma de comportarse, candidez y hasta físicamente. No pude pasar del segundo capítulo y decidí dejarlo hasta que David creciera un poco porque me resultaba... perturbador. De ahí que lo haya jugado ahora. ¡Y menos mal!