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Call of the Sea es un walking simulator con numerosos puzles. Nuestro objetivo es descubrir qué pasó con la expedición del marido de la protagonista, para lo que deberemos explorar distintas zonas de la isla mientras localizamos pistas y desentrañamos el misterio.

El juego se apoya, sobre todo, en tres pilares. El primero es su cuidado trabajo visual, que con un toque cartoon remite a las ilustraciones de los relatos pulp de los años 20 y 30 del siglo pasado, con los que comparte también temas y giros. Otro de sus puntos fuertes es su apartado sonoro. La banda sonora (os dejo el enlace en Spotify) es siempre apropiada y envuelve todo bien, pero los sonidos que de vez en cuando nos acosan en la isla son fantásticos. Todo el sonido está bien pensado, diseñado y mezclado. Su último punto fuerte es su ajusta duración (entre 6 y 7.5 horas dependiendo de los estilos de juego, según How Long to Beat).

El problema es que también hay muchas cosas que no funcionan. Probablemente lo más grave es que los walking simulator suelen necesitar un esfuerzo extra en su manejo de la tensión, dado que la mecánica apenas aporta. Hay juegos que consiguen esa tensión con más trabajo de guión, otros que la consiguen con la promesa (real o no) de muerte… pero Call of the Sea decide no hacer nada. Paseamos tranquilamente por la isla recolectando pistas y resolviendo los puzles, con todo el tiempo que necesitemos, sin presión, sin angustia. No me parece muy negativo en sí mismo, porque podría apoyarse en una historia atractiva y bien desarrollada, pero sí me parece que es donde el juego empieza a hacer aguas.

La premisa inicial está bien. En la isla damos unos primeros pasos relativamente satisfactorios. Es donde descubrimos, o donde yo descubrí, al menos, que se trataba de un walking (y swimming) simulator. La protagonista no se mueve muy rápido ni siquiera cuando corre, pero al principio no parecía un problema. Con el paso de los capítulos recorremos escenarios cada vez más extensos y la velocidad de movimiento se vuelve un pelín frustrante. Para más inri, asistimos a un profundo cambio (je) en la historia, todo ello cosido por la fuerza por la incansable voz de Norah. Habla, habla y habla. Es incansable. Y agotadora. Lo peor es, probablemente, la sensación de que sin esa voz dando coherencia a todo, los dos enfoques no habrían acabado de parecer cohesionados.

Entre los puzles hay de todo. Algunos aprovechan el hecho de que hayamos recorrido el escenario en busca de pistas, pero otros no. En cualquier caso, aquellos en los que las pistas que hemos recolectado de verdad ayudan a resolverlos son bastante satisfactorios. En mi opinión, los puzles son mejores de lo habitual en esta clase de juegos, pero hay alguno que no está a la altura.

Un detalle que me gustó mucho, que me destacó un desconocido en twitter, es que la expedición del marido es una clásica expedición lovecraftiana, con sus ingredientes típicos; pero el paseo que damos nosotros es un acercarmiento completamente diferente. Es otra cosa que me hace pensar que es una lástima cómo se entrelaza el principio con el final, porque realmente podría haberles quedado una historia muy interesante, y en cambio solo hay pequeños momentos de interés un poco deslavazados.

En cualquier caso, el debut del estudio desarrollador, Out of the Blue, tiene cosas buenas (algunas muy buenas) aunque cometa numerosos errores. Creo que si trabajan ciertos aspectos, su siguiente videojuego podría ser bastante mejor. Ya veremos qué sale de ahí.

Nota: 6.