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En el siglo XVI la humanidad se ha expandido por la galaxia y ha entrado en guerra contra el Pacto, una alianza de especies alienígenas. Incapaces de hacerles frente, los humanos han desarrollado unos supersoldados mejorados a los que llaman Espartanos. Tras que el Pacto asole el planeta Reach, una nave humana, el Pillar of Autumn, abandona la zona con su tripulación y un Espartano: Jefe Maestro, el protagonista de la aventura.

FPS de ciencia ficción ligera

Nos encontramos ante un juego que tiene muy claro qué quiere ser, y es que pocas cosas en Halo: Combat Evolved se alejan de la fórmula clásica del shooter en primera persona: es un juego veloz, lleno de acción y alocados tiroteos y explosiones en el que cualquier decisión mala que tomemos puede dar al traste con el intento.

La historia es muy sencilla, poco más que una excusa para llevarnos de nivel a nivel mientras como Jefe Maestro, acompañado de la IA Cortana (¿no os suena el nombre?), vamos dando cuenta de todos los enemigos recorriendo unos escenarios, con cierta tendencia pasillera, y desvelando el argumento. Y es que, en un juego de estas características, ¿qué puede haber aparte del enfrentamiento contra el Pacto?

Lo primero es, sin duda, lo que da nombre a la franquicia. El halo, una arma que podría aniquilar la vida humana en su totalidad. Una parte importante del juego tratará de alcanzarlo antes que las fuerzas del Pacto. La otra parte importante tratará sobre los Flood (la Inundación, en los vídeos que podremos encontrarnos salpicados por el juego), unas criaturas parasíticas que producen unos duros y peligrosos zombis que llegarán a ser una plaga en nuestro interminable recorrido de instalaciones.

Un mar de tiroteos

Jefe Maestro es un supersoldado, lo que implica que es más fuerte, más rápido y más duro; y además va protegido por un escudo que se recupera tras un rato sin recibir daño. No obstante, ni siquiera esa mejora genética y esas protecciones tecnológicas nos dejarán estar demasiado tranquilos ante las hordas de enemigos que intentarán matarnos, cada uno con sus estrategias e inclinaciones.

Tenemos a los carne de cañón del Pacto, el enemigo más habitual de los primeros compases: unos seres pequeños que lo mismo echan a correr despavoridos cuando matamos a su superior o empezamos a liar la de San Quintín que se envalentonan y nos arrojan una granada que bien puede dar al traste con nuestra aventura. Los élite, en sus diferentes versiones, son más peligrosos, pero menos abundantes; pero entre las fuerzas del Pacto pocas cosas nos harán pararnos con más cuidado que los cazadores: a distancia pueden eliminar nuestro escudo de un solo golpe y en cuerpo a cuerpo tendremos que dedicarnos a esquivar sus cargas constantemente, lo que es fácil cuando solo tenemos a uno delante, pero caótico y arriesgado cuando hay más.

Los Flood cambian la tesitura del juego con su aparición. Todo se tensa y se vuelve más oscuro, en un efecto que, a su manera, podría compararse con el de un survival horror. Seguimos fundamentalmente ante un FPS, pero el combate contra los Flood se nota asfixiante en ocasiones. El que haya algunas localizaciones de las que nunca dejan de salir no ayuda a reducir esa sensación. Desde los pequeños, ágiles y débiles cerebroides, a los Flood hechos y derechos equipados con todo tipo de armamento o poseedores de unas terribles garras; todo lo relativo a estos se aleja de la violencia relativamente limpia inicial para conducirnos por unos pasillos, llenos de sangre y restos, atestados de salientes de los que de pronto puede asomar una nube de cerebroides, unos saco con patas explosivos o un grupito de Flood de los grandes. Y con nuevos enemigos, nuevas formas de encarar el combate.

Otras mecánicas y aspectos

Halo: Combat Evolved es un juego de 2001, que se dice rápido, y se hizo tan famoso por algo. La verdad es que me cuesta imaginar cómo debió de ser disfrutar de la experiencia en su momento, porque incluso en 2022 (aunque jugué la versión remasterizada que viene en la Master Chief Collection) se nota un juego atrevido y apasionado. Qué delicia debió de ser jugarlo entonces.

La cuestión es que más allá entre la posible concatenación de explosiones que podemos descubrir de la peor forma posible (y probablemente así lo hagamos) y el control de diversos vehículos, los creadores del juego parecían con ganas de ponerse las cosas difíciles. Y quizá lo peor del juego sea que el control de los vehículos no es tan cómodo como debería; no fluye como todo lo demás. Tampoco es que crea que se trata de un sistema espantoso, mismo puede que con teclado y ratón funcione bien, pero con mando deja que desear. Vamos a dejarlo ahí. Recurrir a una carrera contrarreloj en coche en el tramo final tampoco ayuda. Fue la escena que menos me gustó del juego, mayormente debido a lo incómodo que me resultaba controlar el vehículo.

¿Quita eso que coger una nave voladora en un juego de estas características mole un montón? En absoluto, pero los coches podrían deberían tener un control más cómodo y de esta burra no me bajo.

De forma totalmente extraordinaria, lo jugué doblado al español y, aunque en general me pareció un trabajo pasable, vi muchas cosas que me chirriaron. Lo primero es, evidentemente, porque ya lo he comentado, que en ciertos vídeos a los Flood se les llame "la Inundación"; otra, que en castellano pronuncien "Halo" aspirando la hache. El hecho de que a veces el doblaje de Jefe Maestro o de Cortana parezca algo desapasionado de más palidece por completo frente a otros problemas; pero al menos es fácil seguir los diálogos en mitad del combate, y en inglés creo que no hubiese sido capaz, por lo que agradezco que estuviese doblado.

Conclusión

Halo: Combat Evolved tuvo que ser un estupendo juego, y aún hoy resulta atractivo y divertido. No todo ha envejecido bien, y es que 21 años es mucho en un sector como el del videojuego como para que no pesen, especialmente en un juego de acción; pero la tensión y el desafío están magníficamente conseguidos, y se aprecia el intento de haber intentado hacer un shooter más completo de lo normal. Creo que si tuviese un guión más trabajado, y, sobre todo, un mayor volumen de personajes, con diálogos con más gancho, dejaría una sensación mucho mejor. En cualquier caso, me pareció un juego recomendable y, con tiempo, espero jugar la segunda entrega.