Videojuegos

Videojuegos

Octopath Traveler

Rol
Por Albos

Ocho personajes muy diferentes recorren el reino por distintas razones: unos buscan venganza, otros buscan conocimiento, o crecimiento personal o se han visto obligados a emprender el viaje. Ocho personajes, ocho historias que contar.

SNES con cosas

Octopath Traveler no intenta disimularlo. Es un homenaje lleno de cariño a los juegos de rol japoneses clásicos con combates por turnos y sistema de menús, aunque se permite algunos efectos más modernos en la iluminación, el aspecto del agua, etc. Sabe a SNES, pero se distinguen las notas de algo más y, de vez en cuando, resulta precioso en su pixel art.


Cada historia es muy sencilla en sí misma. De cada personaje presenciamos una introducción que termina dirigiéndolo a otro emplazamiento, en el que pasará algo que lo dirigirá a otro, en el que pasará algo que los remitirá a otro, en el que pasará algo que los llevará a un último lugar en que culminarán su historia. Los últimos capítulos de cada uno, en cualquier caso, insinúan algo más… para los más pacientes o para los que más hayan disfrutado de la aventura hasta el momento.

Y es que hablamos de una odisea considerablemente larga, que se puede ir fácilmente a las 50 o 60 horas, entre que nos vemos obligados a repetir y repetir un montón de combates machacones para ir subiendo de nivel a todo el mundo para que puedan sobrevivir a sus propias historias. Y entonces aún quedan las secundarias y el final propiamente dicho. Un desenlace evidente desde el primer final que vi, el del erudito Cyrus.

Habilidades dentro y fuera del combate

Hay dos aspectos del juego que me resultaron especialmente interesantes, sobre todo si tenemos en cuenta lo planitas que son las historias que se desarrollan: el uso de las aptitudes de cada personaje (Olberic, el guerrero, es el único que puede potenciar su defensa y desafiar a personajes a un duelo; Cyrus, el erudito, averigua una debilidad de cada enemigo cada vez que entabla combate y puede interrogar personajes; Therion, el ladrón, puede abrir los cofres púrpuras y puede robar a personajes; etc.) y el combate orquestado siempre en torno al turno actual y al siguiente, lo que añade una nueva capa de estrategia, especialmente frente a los enemigos más poderosos.

Es el sistema de turnos y menús que todos conocemos, pero el hecho de poder jugar a anticiparnos y a eliminar un turno particularmente fatídico si rompemos la defensa de nuestro enemigo atacando suficientes veces a sus puntos débiles para desbaratarles el turno en curso, si todavía no han actuado, y el siguiente es una herramienta muy interesante que, más allá de tener que considerarla siempre, se convierte en una constante de los combates, que pueden volverse realmente duros si no explotamos esas interrupciones en nuestro beneficio.


Además, el sistema de los trabajos secundarios, que nos permiten redefinir las capacidades de los personajes y desfocalizarlos o potenciarlos como nos interese es bastante jugoso.

En su contra debo decir que hay algunas habilidades que no funcionan tan bien o yo no aprendí a explotarlas o disfrutar de ellas, como la invocación de personajes guiados/seducidos, el sistema de provocación y lucha con bestias o la creación de preparados curativos y hostiles. Disfruté mucho más de las habilidades más directas y, supongo que por ello, me centré especialmente en los personajes que las ofrecían.

Horas y horas, probablemente de sobra

Para mí, probablemente, es el mayor problema de Octopath Traveler: se me hace larguísimo. No es ya que una duración de entorno a 60 horas para completarlo entero (con esa historia que se insinúa en los episodios finales de los distintos personajes) y de hasta 80, dicen, si nos paramos a hacer las secundarias, sea una extensión muy exigente; es que además, pese a la estupenda traducción de textos al castellano, las historias no llenan demasiado bien las horas. Parecen una serie de eventos puntuales entre un mar de combates de mejora y las noto algo perdidas. Además, no todas se conectan con la misma fuerza con lo que podríamos llamar el episodio final.

Es una pena, porque todo Octopath se basa, de algún modo, en esos ocho caminos, esos ocho viajes, esos ocho destinos cruzados; y creo, sinceramente, que les falta algo de lustre.

Conclusión

Probablemente haga las delicias durante muchas horas de los aficionados a los JRPG clásicos por turnos y dentro de su propuesta artística es un juego con unos escenarios y diseños muy cuidados, y el sistema de combate añade lo suficiente como para hacerlo muy interesante, lo que es de agradecer; pero su excesiva duración y el desarrollo tan simple de las historias de los personajes hace que la experiencia no me haya resultado tan grata como esperaba o, al menos, como habría deseado.


Sin comentarios todavía