En la piel de un viajero temporal y atrapados en una villa romana maldita y sin salida, deberemos averiguar quién desencadenará la maldición, provocando que todos los habitantes sean transformados en estatuas de oro, evitarlo y encontrar la forma de volver a nuestro tiempo.
La villa del magistrado Sencio
The Forgotten City nos pone en la piel de un personaje del que podremos elegir sexo, nombre y un trasfondo de cuatro posibles. Elegí arqueólogo, aunque no le encontré demasiada utilidad, sinceramente. Perdido en un bosque junto a un río nos encontramos con una mujer llamada Karen que nos pide que vayamos en busca de un amigo suyo, Al, que entró en unas ruinas y no volvió a salir, y allá vamos, claro. Nunca mejor dicho: aquí hemos venido a jugar.
Las ruinas nos llevan, deformación espaciotemporal mediante, a una villa romana gobernada por el magistrado Sencio, quien nos encarga averiguar quién romperá la regla de oro y nos indica cómo podemos volver a nuestro tiempo creando una paradoja tal que Sencio nunca haya creado el portal que nos transportó allí. La villa tiene un tamaño respetable, suficiente para que debamos hacer cierto esfuerzo inicial por recordar dónde está cada localización, pero no abrumador. Los personajes son variados y (casi) todos tienen una historia que resulta interesante ir revelando capa a capa. Al fin y al cabo, de eso va el juego: de ir desvelando cada secreto e ir encajando cada pieza del rompecabezas hasta que tengamos toda la información necesaria para resolver el misterio, evitar el problema y volver a casa.
De dioses y hombres
La religión tiene un gran peso en la villa. Los dioses romanos, especialmente, los sectarios cristianos y las referencias a dioses más antiguos abundan. Que algunas estatuas doradas de las que abundan en la ciudad nos susurren mensajes crípticos no ayuda. O estamos locos o está pasando algo gordo. Ya os adelanto que es lo segundo. Pero ¿qué está pasando exactamente? ¿Por qué sufre la ciudad la maldición? ¿A quién está dedicado el Gran Templo, cuyas losas con el nombre del dios han desaparecido? ¿Qué ha pasado con Sencilla? ¿Cómo evitamos el desastre que, si no causamos nosotros, se produce invariablemente a lo largo del día?
El juego consiste en una considerable serie de interrogantes y respuestas a lo largo de las iteraciones de un bucle temporal. Cada vez que se rompe la regla, deberemos correr hacia el punto en el que empezamos para reiniciar el bucle antes de que nos conviertan en oro y volver a empezar, con toda la información y todos los objetos que tuviésemos en el momento, y con las losas que hayamos devuelto al obelisco del Gran Templo colocadas. Eso es todo. Además, el equipo de Modern Storyteller tuvo en cuenta el factor más frustrante de esta clase de juegos: el hecho de tener que repetir todas nuestras acciones en cada iteración para volver al punto en el que estábamos antes de reiniciar el bucle. ¿Cómo se solventa? Muy fácil: con la ayuda de un PnJ. Galerio siempre está delante del portal cuando se inicia cada vuelta, y hablando con él podremos convencerlo de rehacer por nosotros todo aquello que hayamos resuelto de verdad y necesite volver a realizarse. Así, desde el principio mismo, nosotros podremos dedicarnos a avanzar en la historia. Es una maravilla. ¡Larga vida a Galerio!
Historia e historia
El juego cuida mucho su representación histórica. Está bien documentado y, aunque no podemos interactuar todo lo que me hubiese gustado con el escenario, es interesante leer las descripciones del día a día de una villa romana en sus alimentos, sus lararios y sus herramientas. Además, los personajes resultan cercanos e interesantes. Así como durante nuestra primera vuelta todo parecerá algo tosco (el juego es indie y se nota limitado), según vamos averiguando qué pasó nos vamos encariñando con esos habitantes abocados a convertirse en estatuas de oro y el juego acaba ganándose la simpatía del jugador.
Creo que, en ese sentido, es uno de los mejores trabajos que he visto en el medio, lo que, en medio de la escasez de recursos, resulta especialmente loable.
Me gustaría hablaros de lo que sucede en el final canónico (el juego dispone de cuatro finales y vi dos de ellos), porque es realmente chocante y molón, pero sería chafaros la experiencia si os acercáis a esta villa sin salida repleta de valiosas estatuas.
Conclusión
El equipo de Modern Storyteller sabe qué quiere ofrecer y cómo, y han encontrado soluciones a sus problemas presupuestarios para ofrecer una experiencia rica, variada, sorprendente y carismática. Mi opinión del juego fue mejorando con cada iteración, con cada pista revelada y con cada personaje al que descubría en profundidad. Espero que para vosotros sea igual de satisfactorio.
Lo tenía en mi listado de juegos pendientes y ahora que he terminado Trek to Yomi me toca jugarlo.
¡Gracias por comentarlo!
Espero que lo disfrutes tanto como yo, al menos. Ya comentarás. :)
Por fin me puse con él y me lo zampé en tres sentadas. Me ha gustado tanto que he sacado los cuatro finales, quería exprimir todas las posibilidades. El final bueno no es bueno: es mejor. Ha sido sorprendente y emotivo. Mira que es difícil a estas alturas que algo nos pueda sorprender en narrativas pero lo que pasa al final de todo no lo vi venir.
Me ha parecido un juegazo. De esos que demuestran que una buena narrativa es la base de todo. Aunque al principio me perdía con tanto PNJ y tanto nombre después de un par de iteraciones me metí de lleno en la ambientación y me quedé enganchadísimo.
Una maravilla... a ver que es lo siguiente que saca este estudio indie porque han dejado el listón muy alto.