El que acecha en las sombras

Oscuridad. Oscuridad y silencio... Una oscuridad total que te envuelve como un mar de negrura, que te abraza, que te asfixia.  La nada, la total ausencia del mundo que se extiende a tu alrededor y ahoga los gemidos de una mente atormentada que se retuerce, que pugna por gritar en silencio para no llamar la atención.

Todo te da vueltas. Tirado en el frío suelo, inmóvil, tratas de recordar cómo has llegado ahí, dónde demonios estás. Aunque no notas dolor, tu cuerpo no responde, parece entumecido, un cuerpo extraño, ajeno, no puedes hacer más que intentar darte la vuelta, arrastrarte,  respirar. Tu cuerpo parece que no atiende a los estímulos de tu cerebro. Todo es silencio, quietud, oscuridad...