Otra flojería más: olvidándose de los divertidísimos zombies, Dracula retoma el testigo para sojuzgar a la humanidad, convocando a los monstruitos clásicos (el Hombre Lobo, Frankenstein..) y sustituyendo a los deadites por una horda de vampiros bastante deudores de un brujah cualquiera. De nuevo, hay más viajes en el tiempo, en este caso, a una Transilvania llena de hombres lobo y cazadoras de vampiro, más homenaje/parodia de Van Helsing que otra cosa. Pero algo falla: toda esta mezcla, llevada como lo que es, resultaría tan divertida como las anteriores, sino fuera porque de nuevo, intentan venderlo como una historia seria.
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