Sin duda, la mejor saga de las tres primeras. El guionista se arriesga un poco plantando a Ash ante la justicia del mundo "real", aunque por poco tiempo: un escenario como un psiquiátrico da mucho juego, tanto por el ambiente en sí como por la aparición de Herbert West, que da pie a una cantidad de referencias lovecraftianas, a Lewis Carrol (impagable ese momento de "estos son mis amigos: H. P. y Herbie) a las que incluso se permiten la aparición de los mismos primigenios.
El dibujante cambia, pero por suerte es de la misma escuela. Después de dos series, es difícil no imaginarse una serie de Evil Dead sin esa visión de dibujo animado alocado y gore.
Sin duda, la más divertida y surrealista hasta el momento.
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