Al pasear por la tienda de cómics, me llamó la atención la portada, que me atrajo desde el primer momento. El contraste de la chica de ciudad quieta, que parecía estar leyendo el largo título de la obra, sobre el fondo verde del bosque tenía muchísima fuerza. Al ojearlo, me encontré con unas viñetas de colores agradables y personajes sonriendo amistosamente.
Eso es lo que es esta obra: un cómic amistoso. Prácticamente un libro de autoayuda, que rezuma positividad y buen rollo. La inacción y la cotidianidad del tebeo pueden llegar a resultar aburridos para algunos estómagos, pero la mayoría de lectores quedarán impregnados de una parte de sus palabras, de su "ánimo, sigue adelante", de su "no dejes que los demás te digan que algo es imposible", de su "párate a disfrutar de las cosas que te rodean".
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