Tengo que reconocerlo, el primer tercio del libro se me hizo lento y tampoco entendía muy bien como funcionaba este futuro tan distópico, -tanto fue así que lo deje aparcado durante 2 meses enteros- pero cuando volví a darle otra segunda oportunidad fue como si leyera un libro totalmente nuevo. Llega un momento cuando de verdad comienza la chicha de la trama, donde te ves envuelto en un in crescendo constante.
Es un libro lleno de acción y de personajes memorables, tanto nuestro protagonista, -con el que me he sentido muy identificado- como sus compañeros, amigos y enemigos. El libro te atrapa, te hace sentir rabia, esperanza, tristeza, impotencia, alivio.
Me hubiera gustado que el autor hubiera descrito más como funciona la sociedad y las urbes de Marte, tiene un planeta entero de posibilidades pero lo utiliza solamente como escenario mas que como un mundo. Posiblemente lo que más disfruté del libro es que a pesar de estar dirigido a un publico juvenil, no se corta nada a la hora de incorporar violencia en todas sus formas. No es que sea excesivamente gráfico pero si que nos encontramos con situaciones de gran violencia a lo largo de toda la historia. Ver como los personajes -unos niños a efectos prácticos- lidian y reaccionan a esa violencia es una de las facetas más interesantes.
Para ir terminando me ha parecido una historia maravillosa, la verdad es que me he enganchado como hacía tiempo que no lo hacía un libro y siempre es interesante volver a leer acerca de venganza y revolución.
En los dos libros siguientes de la trilogía (Hijo dorado y Mañana azul) te explican más cosas sobre la sociedad en la que se basa la historia. Por le demás coincido contigo: la historia me enganchó de principio a fin: acción, venganzas, traiciones y un final que no decepciona.
Muy recomendable :)