Segunda parte de Nacidos de la bruma, una serie de novelas que comenzó con El imperio final.
El lord Legislador ha caído y Luthadel, bajo el reinado de Elend Venture, debe superar ahora los obstáculos que otros reyes han decidido poner en su camino. Puede que el lord Legislador no fuese un buen hombre, pero mantuvo durante mil años un orden que ya no existe. Ahora, en cambio, todo son problemas… y ya no solo para los skaa.
En el Dominio Central
Sin mucho preámbulo, arrancaré diciendo que creo que El pozo de la ascensión no es tan redondo como El imperio final. Así. A la yugular. No me entendáis mal: no creo que nos encontremos ante un mal libro en absoluto, pero considero que no engancha tanto como el anterior y que tiene más situaciones resueltas de forma algo decepcionante. ¿Acaso no es demasiado difícil de creer que un luchador, por diestro que sea, pueda vencer sin atium a un nacido de la bruma que está quemando ese metal?
Sanderson sabe jugar con la narración y con la mayor parte de personajes que pueblan la novela (aunque alguno nunca acaba de funcionar. Fantasma, no miro a nadie). Dicen que mucha gente considera que la novela arranca lenta, aunque no tuve esa impresión. Creo que el autor tiene la ventaja de haber creado un mundo con una magia y unas batallas políticas tan interesantes como para sostener el peso de la historia por sí solas. Si en El imperio final el sistema de magia parecía vibrante y resultaba precioso de ir conociendo, en El pozo vamos casi a tiro fijo con la alomancia: ya conocemos sus bases, ahora solo falta desentrañar poco a poco sus misterios. El cuidado con el que se ha pensado la alomancia es una de las cosas que más me ha gustado de lo que llevo leído de Sanderson, la verdad.
Triángulo amoroso
Pero igual que hay cosas que me encantan, hay cosas que me repelen totalmente. Ya he mencionado una, la del enfrentamiento sin atium; pero me ha dejado patidifuso la escasa sinceridad que transmiten las relaciones amorosas de Sanderson. Los personajes son todos fríos. El amor les da cierta fragilidad, pero no abandonan esa frialdad artificial: parecen hermosos trabajos de porcelana. Y cuando tienes dos personajes y no consigues transmitirles bien la química, es posible que lo peor que puedas hacer es añadir un tercer vértice y hacer un triángulo… un nuevo lado que tampoco transmite nada. Los personajes de Sanderson pueden tener capas, pero el romance es algo que, por lo que llevo leído, no sabe transmitir bien. Es como una visión robótica sobre el amor, de algún modo.
Esto es probablemente lo que más me decepcionó de la novela, porque cómo sienten los personajes es importante y, tristemente, no creo que el trabajo del autor esté a la altura de las necesidades. Este fenómeno se repite con, si no recuerdo mal, todas las relaciones amorosas de la novela. Descubrimos el amor porque se nos dice directamente que está ahí, pero es difícil sentirlo.
Conclusión
El pozo de la ascensión es una novela entretenida y tiene algunos elementos que funcionan muy bien. Tiene sentido de la épica (a veces quizá exagerado, pero normalmente muy bien aprovechado), algunas escenas potentísimas, muchos personajes con los que resulta fácil encariñarse (aunque a la mayor parte ya los conozcamos de la novela anterior) y una trama principal que avanza a buen ritmo. No obstante, tiene también problemas, que por momentos resultan difíciles de ignorar.
Para mí, como decía, es menos redonda que El imperio final, lo que no quita que sea una buena novela de fantasía medieval con un argumento cautivador y la promesa de un final espectacular.
A mí me encantó el libro, aunque sí que coincido que las relaciones amorosas no son lo suyo. De hecho en el Archivo de Tormentas parece no saber captar tampoco el corazón del lector. Sin embargo, la trama y el sistema de magias y razas que presenta me parece sublime. Este libro sí que creo que lo deja un poco más abierto a lo que pase en el Héroe de las Eras, mientras que en el Imperio Final podías parar ya. O bueno, tal vez sea que estaba tan obsesionado con la saga que me leí el tercero al día siguiente, jejje.
Creo que lo bueno de esta trilogía es que te va abriendo el mundo y te sientes como el tipo del mito de la caverna de Platón. Cada cosa nueva la devoras con ansia, y te hace darte cuenta de que eras un ignorante cuando leías el Imperio Final, pese a que al final te creías un sabio al haber entendido la Alomancia. Eso, creo, fue lo que más me atrajo del mundo de Sanderson; su capacidad para esconder la información adecuadamente y soltarla de a poquitos con maestría.
Probablemente ese ritmo de descubrimiento sea una de las mejores bazas de la novela, la verdad. Se nota un mundo muy bien construido en casi todo momento.
En el Aliento de los Dioses si es un poco mejor el tema del romance, pero si que Sanderson tiene una laguna en ese tema
Que el autor tenga que repetirme lo que pasó en el primer libro me hace pensar que no tiene fe alguna en sus lectores. O eso o pretende que alguien pueda leer el segundo libro sin haber pasado por el primero (cosa que me extrañaría).
A mí me aburrió en sus primeros capítulos y no me pareció que la historia fuera a ningún sitio interesante. La verdad es que la primera novela me pareció entretenida pero creo que más por el carisma del héroe principal y lo desesperado de su misión que por cualquier otra cosa.
La verdad es que tampoco estaba por la labor de volver a tragarme docenas de páginas de combate donde se explicaba como quemar el puñetero metal para lograr diversos efectos sacados directamente de lo que parece un videojuego.
Según Sanderson escribió (o diseñó) primero este libro y luego hizo el otro como precuela. Lo siento pero no me lo creo. Me tiene más pinta de un 'tira del filón'. Con toda la lógica del mundo, ojo, pero no me convenció.
A mí no me molestó esa repetición, aunque sí se me hizo rara y... en fin, redundante. De todos modos, son explicaciones de carácter puntual y centradas en las primeras páginas del libro.
Sobre la falta de interés de su arranque, parece que es una opinión que comparte un montón de gente; pero a mí sí me interesó su propuesta de que era más difícil gobernar el Imperio que hacerse con él. Me hizo gracia y me pareció, de algún modo, muy rolero. XD
En cualquier caso, coincido en que la primera novela molaba más, y seguramente tenía mucho que ver con el carisma de Kelsier. Vin, en mi humilde opinión, no es la mejor protagonista.