Peliculas

Esta película es el claro ejemplo de que un trailer puede colártela doblada hasta el fondo y que lo que en un principio resulta una idea prometedora es simplemente una estafa.

Vamos por partes: la película parte de la enfermedad de su protagonista. Una enfermedad rara con un nombre raro. Si en la publicidad te hablan de que es una enfermedad que distorsiona los sentidos y que la protagonista se verá sometida a una situación en la que no sabrá cual es la verdad y la mentira a priori parece una película de intriga interesante.

Vale... pues nada de nada.

Voy a relatar como creo que se escribió este guión...

Estoy seguro de que el guionista en su casa dijo: voy a hacer una peli que va de una ciega a la que se la cuelan. Mmm... no. Lo del ciego está muy visto. Vamos a probar con algo más raro. A ver, el diccionario, la A.... ¡Agnosia! Como mola. Venga, ya tengo un trozo del guión.

Luego el tipo dice: vale, ya tengo el punto de partida. Y encima mola como título raro. Ahora vamos a situarla en Barcelona en un psiquiátrico... No. Demasiado visto. Vamos a ponerla en Barcelona, pero a principio de siglo, que los trajes molan más y el ambiente queda más tipo Cthulhu... dios mío, soy un genio del marketing.

Llegado a ese punto sólo quedaba escribir la trama. A ver: buscamos mesmerismo, habitaciones oscuras que siempre molan, unos malos de opereta que siempre van cubiertos por capuchas, un plan maligno tan perfecto como absurdo, un chico que se enamora, otro atormentado que no se entera de nada... oh, por los dioses, estoy casi acariciando el Goya.

Y así este hombre llamado Antonio Trashorras (tan espantado me quedé de la peli que busqué al artífice de este guión) se ha sacado de la manga un bodrio que mete miedo... pero miedo de lo malo que es. No tiene pies ni cabeza, los argumentos de los malos para hacer lo que hacen son absurdos (hasta lo reconocen ellos mismos), las motivaciones de los personajes son planas (¿personajes?)... En fin. Que lo único que mola es el vestuario.

O sea, que de partida tenemos un guión infumable... pero no quedemos aquí. Sumemos unos actores que no saben ni si van o si vienen y un director al nivel del guión (es increíble como aparecen y desaparecen multitudes en escenas que parecen sacadas del cine mudo). ¡Et voilá! ¡El tiempo peor perdido de mi vida! Creo que me quedé viendo hasta el final porque no daba crédito a la parida que estaba viendo.

Después de esto la próxima vez que se me ocurra pensar que Torrente es una película mala me lo pensaré dos veces... al menos él no miente con sus trailers.

Ay... ay... lo que me ha dolido esta película.