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Nadie puede llevarse a engaño respecto a esta película, ya que da exactamente lo que promete desde su título. Bailarinas de striptease convertidas en zombies, ni más ni menos. La parodia de este subgénero del terror que es el de temática zombie, está servida (y convenientemente aliñada con altas dosis de carnaza, además).



La mayor baza de esta serie-B (quizá incluso Z) es precisamente su falta de pretensiones. Consciente de que era imposible que ningún espectador pudiera tomarse lo más mínimo en serio una trama como la que aquí se desarrolla, el director tomó la sabia decisión de no tomárselo en serio ni él.



Por ello ‘Zombie Strippers’ lleva la cutrez por bandera, desde sus nefastos efectos visuales hasta las absurdeces del guión. Por no hablar de la caricaturización de todos y cada uno de los actores, con Robert Englund a la cabeza.



‘Zombie Strippers’ solo llega a ser moderadamente entretenida (no deja de ser un chiste más o menos curioso repetido una y otra vez hasta el aburrimiento), así como discretamente divertida (algunos chistes son tan obvios que asustan). Eso sí, tiene momentos realmente hilarantes (la explicación científica al fenómeno zombie, la pelea de strippers a base de bolas de billar, la despedida del personaje mexicano), aunque desgraciadamente no son demasiado comunes. Lástima que lo malo supere por goleada a los momentos verdaderamente ocurrentes…



Sin duda el punto fuerte de la película es la aparición de la pornostar Jenna Jameson en el papel de stripper, en seguida reconvertida en zombie que no duda en hacer uso de sus evidentes encantos para alimentarse de carne humana (tipos salidorros en su mayoría). Solo por ver a la amiga Jenna leyendo a Nietzsche ya merece la pena echarle un vistazo a esta surrealista, definitivamente cutre y solo ocurrente en ocasiones, película de bajo (bajísimo) presupuesto.