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1990. Lisa Nova, una joven directora que ha tenido cierto éxito con un perturbador cortometraje de terror, llega a Los Ángeles para dirigir el largo, pero las cosas se van torciendo y acaba desatando una retorcida venganza sobrenatural.

Del Ensueño a la Pesadilla

Probablemente la mejor carta que tiene en la mano Nuevo sabor a cereza es su aspecto. En todo momento derrocha fuerza visual en el retrato de ese oscuro sueño surrealista que parece ser el mundo por el que camina Lisa Nova. Entre juegos de color que captan la mirada, ángulos anormales para las tomas, distorsiones tanto de enfoque como de proporciones, y una interminable serie de metáforas que caminan entre lo inquietante y lo desagradable, los creadores (Nick Antosca —creador de la antología de historias de terror Channel Zero— y Lenore Zion, que no son grandes históricos pero tampoco son desconocidos) nos introducen en el mundo oscuro de Hollywood y sus abusos (de sustancias y de poder).

Me sorprendo, si os soy sincero, escribiendo el párrafo anterior. Porque difícilmente podría interesarme más una serie que con esa descripción, pero el conjunto de Nuevo sabor a cereza es irregular, y sus, en mi opinión, estupendas ideas, resultan a menudo diluidas en un metraje hinchado y unos textos que no acaban de rematar bien desarrollos ni conclusiones.

En ningún caso diría que estamos ante un mal trabajo, pero sí me pareció algo desaprovechado. Por momentos hay verdadera magia en su oscura y desatada imaginería, a veces repugnante; pero creo que cuando no tiene esa fuerza tan visceral apoyándola, se nota algo coja.

Ellas

Pero hay otro elemento que mantiene la serie a flote, y es el brillante dúo de actrices que forman Rosa Salazar (a la que, quizá, conozcáis de la versión en imagen real de Alita o de la magnífica Undone, una serie animada por rotoscopia, de las mejores series que ha producido nunca Amazon, IMHO) y Catherine Keener (una mujer con 25 años más a sus espaldas y que ha participado en películas como Cómo ser John Malkovich, Capote o Get Out).

Las escenas que comparten son las que más disfruté. Hay una seriedad y una desesperación en Salazar que hace que la historia de Lisa Nova resulte, de algún modo, más creíble. No sé hasta qué punto habría funcionado con otra actriz. Por otra parte, Keener borda su papel de bruja y produce esa extraña sensación entre la atracción por saber más de ella y lo que hace y esa repulsa rayana en el escalofrío.

¡Qué dúo! De verdad. No pretendo decir que el resto del reparto lo hagan mal, pero era difícil fijarse en ellos teniéndolas a ellas en pantalla. Un trabajo espectacular.

Los temas

Por otra parte, y aunque la serie me haya parecido algo deslavazada y desaprovechada, fue un gustazo ver a alguien tomarse el terror de otra manera. Puede que Nuevo sabor a cereza tenga algunos ingredientes de terror muy clásico, como lo sangriendo y desagradable que es a veces, o sus guiños a Cronenberg y a Lynch; pero lo cierto es que consigue crear un universo evocador y visualmente potente en sus ocho episodios, mientras la historia da sus pasos por la sórdida Los Angeles del MeToo.

El acercamiento de la magia negra en ese ambiente moderno, tan de fantasía moderna moderna, es bastante interesante para roleros que pretendan hacer algo similar. Creo que la magia nos gusta a la mayor parte de roleros, y pocas veces he visto desarrollar la magia en una serie con tanto cuidado y ganas. Puede ser una magia repulsiva y algo primaria, una magia de sacrificios, vómito y vello púbico, la que subyace bajo el enlosado de la serie, pero tiene un curioso equilibrio entre lo asqueroso y lo atractivo que funciona y mantiene al espectador en el sillón. Pese a todos los fallos, pese a todos los problemas, Salazar, Keene y esa enloquecida magia tienen algo que atrapa lo suficiente como para darle una oportunidad.

Conclusión

No creo que nos encontremos ante una gran serie, aunque por la propuesta tan diferente respecto a lo que se está estrenando últimamente, puede que con el tiempo se convierta en una obra de culto. En cualquier caso, siempre merece la pena acercarse a otro tipo de propuestas y, como decía, Nuevo sabor a cereza puede tener un interés añadido para roleros.