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En general, Assassin's Creed 4: Black Flag es un gran juego, que como todos los Assassin's Creed, tiene una trabajada trama que mezcla ficción con eventos históricos reales de una manera realista y creíble, e invita a estudiar en más profunidad el periodo histórico y los personajes reales que aparecen en el juego. Además de la trama principal, que da tranquilamente para más de 30 horas de juego, incluye una gran cantidad de misiones y objetivos secundarios, así como un mapa inmenso para explorar. La única pega en este aspecto es que, al tratarse de un mapa con más mar que tierra, desplazarse de un lugar a otro exige invertir bastante tiempo navegando, cosa que, a pesar de resultar agradable al principio, acaba haciéndose monótona. Destacable también el papel que juegan aquí los combates navales, que si bien en el Assassin's Creed 3 eran algo secundario, aquí son fundamentales para el desarrollo del juego, ya que habrá que usar bastante el barco en las misiones principales, y no podremos superarlas si el barco no está lo suficientemente mejorado (por supuesto, la forma de mejorar el barco es abordando otros barcos y haciéndose con el botín). La jugabilidad es sencilla e intuitiva, aunque a veces puede resultar algo frustrante cuando Kenway no salte a la plataforma que teníamos pensada o trepe por una pared cuando estamos intentando dejar atrás una patrulla. La dificultad del juego es algo floja; los combates son sencillos y fáciles de superar, dando un poco igual si nos pillan en las misiones de sigilo o no porque podemos despachar a los guardias en unos segundos, y los combates navales, una vez tienes el barco lo suficientemente mejorado, se vuelven también algo rutinarios. Pero como en otros Assassin's Creed, eso también depende de los retos que nos queramos poner; si intentamos cumplir todos los objetivos opcionales de las misiones y jugar "bien" (es decir, evitando enfrentamientos innecesarios mediante el sigilo), el juego si presenta un nivel de dificultad desafiante. En el apartado gráfico, el juego es magnífico, con paisajes y entornos bellos y muy cuidados, y personajes realistas y bien caracterizados (especialmente los personajes históricos, como por ejemplo el aspecto intimidador de Barbanegra, o la peculiar forma de vestir de Jack "Calicó" Rackham). Todo ello, aderezado con una banda sonora de primera, en la que se cuentan canciones marineras que nuestra tripulación ira cantando a viva voz durante las travesías en barco.

En lo que respecta a la trama "fuera" del Animus, es bastante más floja que en las entregas anteriores. Ya sin Desmond, no llegamos a saber en ningún momento el nombre de nuestro personaje en el mundo actual, y ni siquiera su aspecto físico; solo que es un trabajador de Abstergo. Los momentos de trama que pasaremos fuera del Animus tampoco son especialmente interesantes, ya que a diferencia de las entregas anteriores, no hay misiones de inflitración, exploración o resolución de puzzles. Sin embargo, si que iremos conociendo bastante información acerca de la situación actual de la guerra entre Asesinos y Templarios y los sucesos que llevaron a la creación del Animus.

En mi opinión, Assassin's Creed 4: Black Flag supera a su predecesor en bastantes aspectos. La trama y el protagonista son más interesantes, y los entornos y escenarios más atractivos, pero sigue sin llegar al nivel que puso el Assassin's Creed 2, que sigue siendo el mejor de la saga en todos los aspectos. Aún así, es un juego que merece la pena jugar, especialmente si eres fan de la saga.