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Dragon Age: Origins

Fantasía Rol
Por Albos

Una nueva Ruina (una invasión de criaturas conocidas como engendros tenebrosos lideradas por un archidemonio) amenaza con asolar el mundo. La orden de los guardias grises se creó específicamente para enfrentarse a estos archidemonios, pero, tras siglos de paz y un montón de problemas, cada vez tiene menos miembros. En la piel de uno de estos de guardas deberemos unir a los distintos reinos de Ferelden, divididos por encarnizados conflictos políticos, y detener al archidemonio para asegurar la paz.

Cosecha del 2009, para lo bueno…

Dragon Age: Origins es un videojuego de rol en tercera persona con muy buena fama y gran cantidad de fans que lo adoran. Es normal, pues el juego tiene motivos de sobra para conquistar al jugador: un abanico de seis orígenes de personaje que ofrecerán diferentes inicios de partida y modificarán cómo es tratado el personaje más adelante, lo que también depende de su raza; una buena colección de posibles compañeros de batalla, de tipos de enemigo, de conjuros y de situaciones de combate; un mundo pulido y rico en detalles, que podremos descubrir a partir de
las incontables anotaciones que aparecerán en el códice al leer ciertos
libros o al tener determinadas conversaciones; y una historia plagada de momentos tensos e interesantes.

Además, la exploración del mundo es muy divertida. Desde los bosques de Brecilia, donde nos enfrentaremos a hombres lobo y unas criaturas que recuerdan a los Ents de El señor de los anillos, a los caminos subterráneos que conectan el viejo y amplio reino enano, hoy dominado por la presencia de engendros tenebrosos. Orzammar, la capital enana, vive su propia crisis sucesoria y recuerda un poco a Juego de tronos. Denerim y Risco Rojo también tienen mucho que contar. Al juego no le falta de nada.

… y para lo malo

No obstante, algunas decisiones le pesan mucho. El tiempo ha pasado y los juegos no han seguido su estela como uno podría esperar por su legión de adoradores. Por ejemplo, el protagonista puede ser controlado en tiempo real (mediante las acciones que tengamos preconfiguradas) o a través de un menú radial que pausa el juego y a través del que podremos elegir cualquiera de las capacidades que haya aprendido o cualquiera de los objetos que tenga en el inventario; pero también podremos cambiar de personaje y exigir a nuestros tres compañeros de grupo que hagan cualquier acción siguiendo el mismo patrón que con el protagonista.

Personalmente, creo que el control de todos los personajes funciona regular y exige mucha implicación en las subidas de niveles y en la configuración de cada build. En ese sentido me gustó más cómo funcionaba Dragon Age: Inquisition, que sigue la misma idea, pero me parece que está más pulida (quizá porque limitaron las opciones, lo que enervó a una cantidad considerable de aficionados) o cómo funcionan los Mass Effect, sobre todo el primero, aunque todos fueron desarrollados por el mismo estudio.

La duración, además, parece algo exagerada (mi partida superó ligeramente las 60 horas), dado que hacia el final la fórmula ya me cansaba un poco. El salto de dificultad de los últimos compases del juego también me frustró un poco. Sencillamente, me pareció que la curva tenía ahí un salto un poco feo. Sigo pensando que solo vencí al archidemonio porque se quedó pillado un buen rato mientras le disparaba desde lejos con una de las balistas.

Conclusión

Creo que es evidente que estamos ante un buen juego. Espero que mis comentarios sobre lo que no me gustó de él no os hayan hecho pensar otra cosa. Sencillamente, creo que no está a la altura de su leyenda. Creo que hay un evidente espacio de mejora. Con todo, echaré de menos a Alistair, a Leliana y a los demás… Claro que dudo que pase mucho tiempo antes de que me embarque en Dragon Age II. Ya sé, mucha gente no habla muy bien de él; pero me gustó el mundo y me gustaría empaparme un poco más de él.

Adaptación a rol de mesa

A ver, tiene su propio juego de rol… La elección es fácil. No obstante, creo que se pueden tener experiencias muy parecidas con cualquier juego de fantasía medieval y de combate táctico o medianamente táctico (según en qué queráis centraros).


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