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Los ánimos ya estaban revueltos cuando se lanzó «Mass Effect Andrómeda»: que si los personajes femeninos eran feos (esto raya en la parodia machista, la verdad; ¡ni siquiera son feas!), que si las animaciones eran demasiado toscas (el público rolero, ese que siempre se jactó de que los gráficos no importaban… aunque debo reconocer que la del «my face is tired» es —o era, que tal vez ya la hayan revisado— hilarante).

Eran quejas curiosas contando con los muchos problemas que tenía «Andrómeda»: se estrenó con muchos bugs y algunos tardaron bastante en arreglarse; los personajes de nuestro equipo tienen poca variedad en los diálogos, por lo que acaban resultando un poquito planos; ciertas tramas se resuelven sin que parezca haber coherencia narrativa (¿hablamos de la imposibilidad de comunicación con nuevas especies para que SAM descifre los idiomas repentinamente y para que todos acaben comunicándose con normalidad cinco minutos después?); hay poco sentido cinematográfico en las conversaciones (vamos a tener que mandar de deberes a los de BioWare jugar al «The Witcher 3» este verano); ciertas decisiones rompen con lo explicado en los anteriores (ahora las armas no tienen munición ilimitada porque risas), el sistema de inventario es un engendro insoportable (solo podemos cambiar de equipo en puntos habilitados, comparar las armas es poco intuitivo, si queremos reciclar aumentos tenemos que sacarlos antes del arma que dejamos de usar…) y podríamos seguir con cosas como que el sistema de creación de personajes limitadísimo, que al Nexus le vendría bien un sistema de viaje rápido como el de Kadara o Aya, que para lo que sale tu hermano se lo podrían haber ahorrado, que estaría genial poder gestionar a SAM, etc.

«Andrómeda» tiene también un montón de cosas buenas: es muy entretenido, es largo pero no se eterniza, la historia principal es interesante, tiene un control muy fluido y bastante cómodo (para ser de BioWare es magnífico) y le sientan muy bien las mecánicas de «ReCore» (como el salto y el impulso horizontal). Es un juego más ágil que los de la trilogía de Shepard, con una dificultad similar a la del 2 y el 3, aunque le falta (mucha) enjundia en los enfrentamientos finales. Tiene un buen abanico de poderes, aunque al final solo permiten llevar tres activos (LB, RB y LB+RB), con lo que dejando a un lado los pasivos, para mí fue como si solo existiesen tres habilidades. Nuestros compañeros se defienden mejor que en anteriores «Mass Effect», lo que se agradece bastante, y las órdenes que les podemos dar son bastante más sencillas de usar, aunque menos molonas (solo podemos ordenarles moverse hasta el punto seleccionado o atacar al objetivo apuntado). La paisajística de los mundos es muy bonita, es un gustazo recorrerlos, aunque el que casi todos ellos tengan un componente dañino (exceso de calor, exceso de frío, radiación…) acaba resultando un poco cansino. La obtención de Puntos de Andrómeda y Viabilidad es bastante básica pero anima a seguir colonizando como un buen Pionero.

Hay un minijuego de equipos APEX, en el que podemos enviar comandos a hacer misiones por Andrómeda a cambio de recompensas en créditos, materiales, puntos de investigación y puntos de misión, que podemos usar en comprar más equipos para conseguir más de estas cosas o en el modo multijugador.

El online es entretenido pero un poco limitado. Hay varios tipos de misiones y tres niveles de dificultad (bronce, plata y oro), participan cuatro jugadores y deben cumplirse una serie de objetivos. Si un jugador cae, hay unos instantes para reanimarlo (salvo que un enemigo lo remate); si muere, no reaparece hasta la siguiente ronda de objetivos. Al final, se valoran las actuaciones y se ganan puntos de experiencia y de reputación acordes y créditos y puntos de misión. Tanto los créditos de multijugador como los puntos de misión obtenidos por nosotros y por nuestros equipos APEX pueden usarse en la tienda para adquirir cosas en el Multi: packs de curación, nuevos personajes, armas, etc. Me he fijado en que hay gente con una cantidad de puntos de reputación absolutamente desmedida, así que supongo que el modo les divierte mucho. Yo, la verdad, jugué un par de días y volví al «Fallout New Vegas».

Mi valoración general de «Andrómeda» es bastante positiva. Me gusta y creo que está a la altura de las entregas anteriores; aunque la narrativa sea menos intensa y despierte menos interés, lo se podría considerar un gran problema, porque para mucho era una de las mayores bazas de «Mass Effect». Mi opinión habría mejorado mucho lanzando una versión más pulida un par de meses después. Esto no habría acallado a quienes se quejaban de chorradas como que la prota predefinida o Peebee no les parecen atractivas (porque Shepard era el puto sexsymbol, claro…); pero creo que deberían haber trabajado más los miembros del equipo y mejorar la interactuabilidad con ellos, porque estas relaciones son un sello de la franquicia. Es muy importante que el equipo mole, que esos personajes interesen. Liara, Garrus, Tali, Wrex, Thane, Mordin, Jack, Joker… hablaban mucho, y cada vez que hablaban despertaban interés. En «Andrómeda» pocos personajes aparte de Peebee y Drack tienen gracia y eso lastra mucho la impresión del producto.

Ay, mi Ryder.

Cosas que me habrían gustado:

—Relaciones algo más complejas. Que ciertas decisiones te pudiesen costar apoyos, que algunos miembros de equipo fuesen opcionales y pudiesen dejar el grupo o incluso enemistarse con el protagonista convirtiéndose en personajes hostiles.

—Algún tipo de relación sentimental que no implicase misioneo puro, que sí, que es sello de BioWare pero me parece un poquito enervante. Aunque está bien que, por una vez, si besas a alguien no estés obligado a quedarte con esa persona para siempre. Muy bien, BioWare. A lo mejor el Papa os ha quitado su bendición, pero muy bien.

—No entender a nuestros enemigos en absoluto o ir entendiendo cosas sueltas solo hacia el final. Los idiomas no se aprenden por ciencia infusa y creo que podría haberse hecho un desarrollo mucho más interesante desde la incomprensión y la incapacidad de comunicarse que desde ese villano prototípico. Jugar con la duda de si los kett son malos o solo tienen tanto miedo como nosotros habría estado bien. Usar la incapacidad de comunicación como detonante de todo podría haber sido potentísimo. Una pena.

—Más decisiones de qué hacer en cada mundo. En Eos nos dejan elegir entre puesto científico o militar y no me dio la impresión de que sirviese de mucho. Creo que sería genial poder decidir esto en otros mundos y que según las proporciones tuviésemos más ventajas de investigación y más riesgo de ataques relictos o kett. Que mayor progreso implicase mayor inestabilidad en el sistema, con la posibilidad de perder un puesto y tener que retomarlo.

—Si existiese lo anterior, un control de población. Hay un determinado número de personas de la Iniciativa, así que cada pueblo perdido es un duro golpe poblacional. Ese componente estratégico, muy sencillo en realidad, le daría mucho juego e interés a la conquista del cúmulo de Heleus. Podría explotarse también con los comandos APEX, de modo que pudiesen ir en tu lugar a proteger un punto. Si fracasan, pierdes población; de modo que te interesaría tener varios equipos de buen nivel por si coinciden varias misiones de este tipo.