La búsqueda de Pip
Escrita por Guillermo Pérez (Chemoumbria)
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En Twitter: @chemoumbria

Desarrollada con AutoRol: https://autorol.es

Imagen de portada generada por Midjourney (IA).

Imágenes interiores generadas con IA gracias a la inestimable ayuda de Sergio, Juan Carlos y Jose Tamayo. 

Maquetación y diseño de Morapio.

Mapa de la Ciudad de los Dioses Olvidados creado por Chemoumbria usando Inkarnaterpg.com

Esta obra es gratuita y se publica bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0 

PRÓLOGO INNECESARIO

Leer este prólogo es totalmente innecesario para jugar la historia, así que si tienes prisa puedes pasar directamente al 1 y no te perderás nada. 

¿Te has quedado? Bueno, pues entonces te voy a contar por qué estás leyendo un homenaje a Brennan y lo que pretendía hacer al escribirlo.

Cuando se dice que un autor te ha marcado la vida suele ser una terrible exageración. Pero es que la vida es una serie de exageraciones personales basada en nuestras experiencias. En mi caso J. H. Brennan marcó mi vida de varias maneras cuando me encontré con el segundo número de La búsqueda del Grial. Fue mi puerta de entrada a los librojuegos y, por derivación, a los juegos de rol. Si tenemos en cuenta que los juegos de rol han marcado toda mi vida posterior es lógico pensar que aquel ejemplar de La caverna del dragón fue crucial en mi destino. ¿Podría haber sucedido lo mismo si empezase por un título distinto? Podría. Pero la tirada de dados me puso a Brennan delante y gracias a él estoy ahora aquí a nivel afición. 

Creo que Brennan fue el mejor diseñador de esa generación primigenia de escritores de librojuegos. No lo digo por nostalgia. Me estoy releyendo toda su obra 37 años después y sigo pensando lo mismo. Dever era muy bueno creando lore, Jackson y Livingstone abrieron caminos desconocidos y otros muchos autores siguieron esos senderos. Pero Brennan parecía intentar innovar mecánicas con cada título que sacaba. Puede que fuera de los primeros que usó mapas para visitar secciones. Variaba detalles del combate o la magia en cada número del Grial. Te obligaba a descifrar textos. ¡Incluso incluía manualidades para avanzar en ciertos puntos! 

Pero sobre todo lo que hacía Brennan era usar el humor de forma inteligente. Quizás por eso en nuestro país no tuvo tanto calado como otros autores. Brennan se tomaba a broma la ficción de poder que otros librojuegos llevaban a rajatabla. Se reía de esos monstruos y heroicidades. Rompía la cuarta pared, sin piedad, para ironizar sobre lo que nunca pretendía ser una aventura seria. Cuando años después me encontré con Terry Prattchet fue maravilloso descubrir que alguien hacía lo mismo en la narrativa convencional.

Quizás Brennan usaba el humor porque, realmente, nunca se tomó demasiado en serio los librojuegos. Según tengo entendido escribió el Grial a la vertiginosa velocidad de libro al mes solo por el mismo motivo por el cual Merlín lanzaba conjuros: por el vil metal. Parece ser que es algo que dijo en varias entrevistas y que nunca le pareció mal. No entendía por qué a gente como a mí sus librojuegos le parecían una obra de arte. Seguramente se habría reído si, de haberme encontrado con él, le hubiera dicho: «cambiaste mi vida». Y brindo por ello. Da igual lo que él creyese. Lo importante fue lo que significó para mí. Porque una obra, una vez el autor la deja a disposición del público, tendrá muchos significados inesperados. 

Esta pequeña ficción es mi homenaje al que siempre he considerado mi maestro. Los que juegan a rol conmigo saben por qué. Me gusta tomarme las cosas con humor. La seriedad de las ficciones de poder, donde los héroes son muy graves y todos tienen que poner cara de limón mientras dicen frases grandielocuentes, no va conmigo. La vida es demasiado breve como para tomársela en serio, imaginaos lo que pienso de las ficciones.

He intentado, en esta obra, imitar a Brennan dentro de mis posibilidades. Eso incluye el tono pero también las mecánicas. El mundo de los librojuegos ha evolucionado mucho desde los años 80. Hoy en día podemos crear ficciones mucho más sólidas a nivel mecánicas usando etiquetas, sistemas de combate menos basados en el azar, mapas más interactivos... He prescindido de esas cosas para darle un sabor «añejo» a este librojuego. 

Espero que disfrutéis de este viaje y os lo toméis como lo que es: un homenaje de alguien que imita como puede a su ídolo. Como decía siempre mi padre: «por sus virtudes adoradlo, por sus defectos perdonadlo».

Y si habéis leído hasta aquí anotaos en vuestra hoja de personaje, en el equipo, un orbe azul. No hagáis preguntas. Es mi regalo por aguantar todo este rollo introductorio e innecesario. Gracias.