Conclusión del arco que se abrió en Halo: Combat Evolved y se continuó en Halo 2.
Masacre generalizada en 360 (grados)
Si algo llama la atención de esta primera entrega de la franquicia para XBOX 360 es que, con el cambio de consola y el aumento de recursos, los desarrolladores pudieron crear escenarios más amplios y con más enemigos.
El diseño de niveles en exteriores es mucho más ambicioso y permite múltiples enfoques de juego, desde lo más calmado y metódico a lo más abrupto y caótico. El diseño en interiores, donde esa mayor amplitud no es tan notable, se compensa con un mayor grado de detalle y, como anunciaba, una mayor cantidad de enemigos: más Covenant y muchos muchos más de esos Flood que amenazan con aniquilar la vida de toda la galaxia.
Un viaje extraño
Recuerdo cuando compré la 360, con Fable 2, Halo 3, Prince of Persia y Mass Effect, bastante bien, y recuerdo un día de año nuevo ciscándome en los muertos de los Flood en una misión consistente en llegar al corazón de la infestación, recoger a Cortana y salir. Ayer mismo recogí a Cortana y paré, porque sabía que ahora venía lo peor: la terrible y agónica huida. Es curioso, porque esta vez no me resultó difícil. Morí un par de veces por errores de cálculo o por no ver bien, pero me pareció dentro de la curva de dificultad razonable. El 1 de enero de 2009 no fue así. No sé si ha sido cosa de suerte o mejora de habilidad en esta clase de juegos con mando, que todo puede ser. Os lo comento por si decidís jugarlo por esta reseña y acabáis poniendo mi avatar en un tablero de dardos, que ya os valdría, porque es un avatar adorable.
El viaje, eso sí, es más breve que el de anteriores entregas. La campaña me duró siete horas y media, vídeos incluidos; pero es una duración impecable: no sobra ni una escena y aprovecha cada escenario y situación para dibujar su propio sentido de la épica hiperhormonada que caracteriza a los Halo. No es tan sorprendente como el primero ni, en mi opinión, tan bueno como el segundo, pero Halo 3 es una continuación sólida que sabe aprovechar lo que los otros hicieron bien para continuar el mismo camino y llevarlo un poco más allá. Sin osadía ni innovaciones, pero sin echarse atrás.
Lo que era frente a lo que es
La verdad es que como Halo 3 había sido mi primer contacto con la franquicia hace 13 años, la historia me había dejado un poco frío. Al fin y al cabo no tenía ni idea de quién era aquella gente ni por qué todo el mundo quería matarme. Para mí era solo un enorme disfrute gráfico. Ahora, viniendo de haber jugado los otros dos, dudé de si dedicar mis horas a volver a pasármelo o no, pero fue la dinámica entre Jefe Maestro y el Inquisidor (y Cortana, vale) la que me animó a hacerlo. No me arrepiento. Dentro de que la franquicia no tiene precisamente un desarrollo narrativo especialmente destacable, intrincado o sorprendente; sabe aprovechar los giros y los personajes. Es bonito ver cómo se desarrolla todo poco a poco, cómo el enemigo que era el Covenant deja paso al enemigo real que son los Flood, y cómo los Halo que eran la amenaza pasan a ser la esperanza. Hay muchas ideas interesantes para un juego que, por lo demás, tiene una narración muy básica de sota, caballo, rey.
Conclusión
Es un buen final. El juego no tiene apenas nada que no no haya dado mejor en su segunda entrega, pero Halo 3 apenas tiene problema reseñable alguno: funciona bien, es rápido, no se estira, la acción es frenética (por momentos me recuerda a la de Doom Eternal) y uno se acaba despidiendo con satisfacción de esos personajes a los que ha acompañado en su viaje. La trilogía entera dura unas 30 horas, tanto como muchos juegos de aventuras y menos que muchos de rol. Si tenéis opción, creo que son una elección muy potente dentro de los shooter en primera persona.
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