En la piel de un ODST (Orbital Drop Shock Trooper, Soldado de Choque de Descenso Orbital, en español), deberemos explorar la ciudad de Nueva Mombasa para averiguar qué sucedió con nuestros compañeros desaparecidos.
No somos Spartan
No nos vamos a engañar. Lo que más llama la atención de ODST es que los soldados que se corresponden con las siglas del título no son Spartans. No medimos dos metros y pico, no tenemos su velocidad ni su capacidad curativa. Dos o tres tiros serán capaces de anular nuestras defensas (técnicamente no son escudos, pero funcionan de forma similar) por completo y empezar a herirnos de verdad, por lo que deberemos buscar medpacks por el escenario; dándole al juego un sutil aroma a survival que le sienta de maravilla: los enemigos se ven más grandes y en general todo se siente más peligroso y desafiante que en la piel de Jefe Maestro.
La experiencia de juego es, por tanto, algo más lenta y, a su manera,
estratégica. Deberemos cubrirnos mucho más de lo normal en cada tiroteo y, aunque el juego lo compense con menos enfrentamientos
masivos y más puntos de recarga (de granadas, medpacks, etc.), no quita que a menudo añoremos la armadura Spartan y sus posibilidades.
La historia
En Halo 2 vimos cómo el Covenant lanzaba una ofensiva sobre Nueva Mombasa y como una nave causaba grandes daños entrando en salto desliespacial sobre la ciudad. Aunque entonces seguimos los pasos de la nave perseguida por Jefe Maestro, en ODST seguimos lo que pasó en la ciudad keniana a través de Novato, el personaje que, seis horas después de los acontecimientos, debe localizar una serie de pistas que le permitan atar los cabos de lo que sucedió con el resto del equipo. El juego alterna esas fases de investigación con las de lo que realmente pasó. Así, cada vez que encontramos una pista, jugaremos lo que el personaje acaba de descubrir hasta culminar la campaña.
La historia es atractiva y el enfoque es algo más humano que el de la trilogía principal. Hay algunas líneas con la misma testosterona un pelín pasada de rosca, casi todas enunciadas por Buck, que nos pueden recordar a la narración habitual de los Halo; pero, en general, el hecho de que debamos cubrirnos tanto y medir nuestros disparos nos aleja, aunque sea psicológicamente, del tono clásico de la franquicia.
Hubo quejas sobre la brevedad de la campaña, pero, personalmente, creo que dura lo que debe; sin estirarse, pero también sin escatimar. Me pareció una duración honesta, que creo que es una de las mejores cosas que se pueden decir sobre la duración de un videojuego. Además, la banda sonora llama mucho la atención y se ajusta como un guante.
Conclusión
Esta segunda producción de la franquicia para 360 es una entrega entretenida y desafiante, que complementa a la perfección a los juegos de Jefe Maestro y hace las delicias de los aficionados. Creo que, si lo pasasteis bien con la trilogía, esta visita a Nueva Mombasa debería considerarse obligada: hay suficientes diferencias como para tener personalidad propia y suficientes similitudes como para, al mismo tiempo, nos sintamos como en casa.
En resumidas cuentas: un trabajo estupendo.
Otros juegos de la franquicia
Ser un marine (ODST), perdido en una ciudad del futuro de noche, mientras es ocupada por gorilas y pollos especiales, con jazz de fondo mientras tienes que esconderte. Es un 11/10, junto a uno de los mejores juegos de la saga. Ojalá sacaran otro juego siendo un solo marine, tipo supervivencia, combatiendo las hordas de los enemigos y las armas de plasma sean como en los libros o serie de Halo: Cronología de Plata (Ya sea en la actualidad o en la guerra Humana-Covenat).
No leí ninguno de los libros de Halo, aunque tras el viaje que ha supuesto el Halo: The Master Chief Collection no descarto nada. Y me apuntaba a un nuevo ODST de cabeza, vaya.